Lavado de Manos y Cara
El método correcto de limpieza también es importante. Desarrollar una técnica adecuada para el lavado de manos es imprescindible para asegurarse de que las manos están completamente limpias. Se debe prestar especial atención al dorso de las manos y a las yemas de los dedos, ya que se olvidan con frecuencia.
1. Frótese las manos palma con palma
2. Frote el dorso de la mano con la palma,
entrelazando los dedos
3. Palma con palma,
con los dedos entrelazados
4. Entrelace los dedos
dentro de las palmas
5. Frote la palma con el pulgar
en sentido circular
6. Frote la palma con los
dedos en sentido circular
LAVADO DE CARA
Es habitual mojarse las manos antes de aplicar una dosis de jabón en la cuenca de la mano; sin embargo, si se tienen las manos muy sucias es recomendable aplicar el limpiador de manos específico apropiado directamente sobre la piel antes de mojarlas. En todo caso, es importante seguir las instrucciones recomendadas por el fabricante.
1. Frótese las manos palma con palma
2. Frote el dorso de la mano con la palma,
entrelazando los dedos
3. Palma con palma,
con los dedos entrelazados
4. Entrelace los dedos
5. Frote la palma con el pulgar
en sentido circular
6. Frote la palma con los
dedos en sentido circular
Siempre se debe secar bien la piel para evitar que se agriete, especialmente cuando hace frío. Siempre debe tener a mano toallas limpias; las toallas sucias exponen la piel a más suciedad y existe riesgo de infección. Lo ideal sería utilizar toallas de un solo uso, ya que con el uso de toallas compartidas cabe la posibilidad de una contaminación.
LAVADO DE CARA
- Mójate la cara con agua tibia. Recógete el pelo hacia atrás y mójate la piel con abundante agua tibia. Utilizar agua caliente o fría podría resultar abrasivo para tu piel, mientras que el agua tibia es moderada y no te causará irritación.
- Puedes echarte agua en la cara con las manos o humedecerte la piel con una toalla previamente mojada
- .Mojarte la piel antes de aplicar el limpiador facial ayudará a que el jabón se deslice más fácilmente sobre tu piel, evitando que tengas que usar demasiado jabón. Aplícate el limpiador facial de tu preferencia. Utiliza una cantidad pequeña de limpiador que sea adecuado para tu tipo de piel. Aplícate lo en el rostro con movimientos circulares, asegurándote de que cada zona de tu cara quede cubierta con una cantidad muy pequeña del limpiador. Sigue manchándote con movimientos circulares por treinta segundos o un minuto.
- Evita utilizar un jabón de manos o cuerpo para lavarte el rostro. La piel del rostro es más sensible que la piel de cualquier otra parte del cuerpo y los jabones agresivos pueden provocar que tu piel quede seca e irritada.
- Si estás usando maquillaje, debes utilizar un desmaquillado especial para quitártelo del rostro, sobre todo del contorno de los ojos. El aceite de coco es un excelente desmaquillado natural.
- Exfóliate suavemente la piel. La expoliación es el proceso en el que se frota suavemente la piel para eliminar la suciedad y las células muertas. Al exfoliarte cada pocos días, evitarás que tus poros se tapen y ayudarás a que la piel de tu rostro luzca fresca y radiante. Usa una crema exfoliante o un paño de limpieza seca o grasosa.
- Exfoliarse con demasiada frecuencia o con mucha fuerza podría irritar la piel. Hazlo solo unas pocas veces a la semana y asegúrate de no frotarte demasiado fuerte. En los días que no necesitas exfoliarte, solo omite este paso cuando te laves la cara. Podrías hacer tu propio exfoliante facial utilizando unos cuantos ingredientes caseros. Mezcla 1 cucharadita de miel, 1 cucharadita de azúcar granulada y 1 cucharadita de agua o leche.
- Enjuágate y sécate dando pequeños toques. Enjuágate la cara con agua tibia, asegurándote de quitar bien todos los restos de limpiador y exfoliante. Sécate el rostro dando suaves toques con una toalla. Trata de no frotarte la cara cuando te seques, ya que eso puede fomentar la aparición de arrugas e irritar la piel.
- Aplícate un tónico facial para tener un aspecto liso y parejo. El uso del tónico facial es un paso opcional, pero sería una buena idea que lo hagas si deseas que tu piel luzca lisa y sin la apariencia de poros. Aplícate el tónico facial con una bola de algodón y céntrate en las zonas donde los poros estén más abiertos.
- Muchos tónicos comerciales contienen alcohol, pero eso podría resecarte la piel. Busca un tónico facial sin alcohol, sobre todo si tu rostro tiende a descamarse.
- Los tónicos naturales por lo general funcionan tan bien como los tónicos comerciales. Haz una mezcla con porciones iguales de zumo de limón y agua para tener una gran alternativa casera. Una mezcla de aloe, hamamelis y agua de rosas también funcionará bien.
- Termina el lavado con una crema hidratante. Escoge una crema hidratante formulada para la piel del rostro y aplícate una cantidad del tamaño de una moneda sobre la cara. La crema hidratante ayuda a proteger la piel de los factores externos, manteniéndola joven y radiante. • Si te lavas la cara justo antes de dormir, usa una crema hidratante más intensa para ayudar a que tu piel se renueve durante la noche. • Si vas a salir a la calle, usa una crema hidratante que contenga protector solar con un SPF (factor de protección solar) 15 o uno más alto para proteger tu rostro de los rayos solares.
Limpieza de Fosas Nasales
- Mezcla la solución para la irritación nasal utilizando 1/4 de cucharadita de sal, 1/4 de cucharadita de bicarbonato de sodio y 8 onzas (230 ml) de agua destilada o del grifo. Es una buena idea hervir el agua y dejar que se enfríe hasta una temperatura cálida segura y luego agregar la sal y el bicarbonato.
- Utiliza entre 8 y 16 onzas (entre 230 y 460 ml) de solución en cada fosa nasal una o dos veces al día, o sigue las recomendaciones del médico.
- Inclínate sobre el lavabo y gira tu cabeza para que la fosa nasal izquierda esté mirando hacia abajo.
- Coloca la solución despacio en tu fosa nasal derecha utilizando la jeringa. El agua drenará desde tu fosa nasal izquierda al lavabo. Utiliza suficiente presión para asegurarte de que la solución fluya desde tu fosa nasal derecha a la izquierda y se elimine.
- Suena tu nariz con cuidado y repite el mismo proceso de irritación en la fosa nasal izquierda.
Higiene Bucal
- El cepillo ideal para niños que comienzan a higienizar sus dientes debe tener un cabezal pequeño y con cerdas suaves para que pueda alcanzar cada rincón de la boca. A su vez, debe tener un mango cómodo para que el niño pueda manipularlo fácilmente.
- Hacer que el pequeño coloque su cepillo a 45 grados para que las cerdas ingresen en la unión diente-encía.
- El cepillo deberá realizar movimientos vibratorios cortos, hacia adelante y hacia atrás, siempre sosteniendo el cepillo en dicho ángulo.
- Los dientes deben ser cepillados tanto por la parte posterior como la anterior. Cepillarlos sólo por la parte visible es realizar una higiene a medias.
- La superficie de masticación de muelas y dientes debe cepillarse con movimientos hacia adelante y hacia atrás.
- - Una buena higiene oral debería superar los dos minutos de duración.
- Incline el cepillo a un ángulo de 45° contra el borde de la encía y deslice el cepillo alejándose de ese mismo borde y hacia adelante.
Cambio de Pañal
- Lávate y sécate las manos (puedes utilizar una toallita desechable).
- Elige un lugar calientito, limpio y seco para cambiar al bebé. Puedes usar un colchoncito especial para cambiar bebés, pero también te servirá una toalla, un pañal de tela limpio o cualquier otra superficie suave y cálida.
- Prepara todo el material necesario. Si usas pañales desechables, necesitarás un pañal limpio y una bolsa de plástico; si usas pañales de gasa o toalla, necesitarás un pañal limpio, imperdibles y un calzoncito impermeable; si usas pañales de tela ajustados, necesitarás un pañal limpio y un forro. Si tu bebé tiene tendencia a la irritación o dermatitis de pañal, también necesitarás una crema protectora o vaselina.
PASO POR PASO:
- Suelta los cierres adhesivos del pañal y dóblelos hacia atrás, pegándolos sobre sí mismos para que no se adhieran a la piel del bebé, pero aún no le quites el pañal sucio.
- Si hay caquita, límpiala primero con el propio pañal, teniendo cuidado de tapar el pene (si es varoncito) con una toallita por motivos de higiene y para evitar la "salpicadura" que mencionamos anteriormente.
- Con una mano, sujeta al bebé por los tobillos y súbele levemente las piernas levantándole un poco lasnalguitas. Aunque este gesto parezca un poco raro, es una manera muy eficiente de hacerlo.
- Dobla al medio el pañal sucio y déjalo bajo las nalguitas del bebé, con la parte sucia en el interior del pañal.
- Usa una toallita desechable para bebés o una toallita de tela mojada para limpiar cuidadosamente el área genital del bebé. Las niñas se deben limpiar de adelante hacia atrás (en el sentido opuesto a su vagina). Esto disminuirá la posibilidad de que entren bacterias del recto a la vagina que podrían causar una infección.
- Levanta las dos piernas del bebé y límpiale las nalguitas.
- Cambia el pañal sucio por uno limpio. Abre el pañal y coloca la parte que tiene los cierres adhesivos bajo las nalguitas del bebé. Ahora dobla la parte de abajo sobre la barriguita del bebé, pasándolo entre sus piernas (sepárale las piernas lo más posible, pero sin hacerle daño). Ten cuidado de que el pañal no se abulte demasiado entre las piernas del bebé, lo cual podría provocar irritación e incomodidad. Para los recién nacidos, evita cubrir el cordón umbilical (hay pañales diseñados especialmente para los recién nacidos que tienen recortada la parte delantera). Para los varones, cerciórate de que el pene esté apuntando hacia abajo para reducir la posibilidad de que se salga la orina.
- Cierra el pañal pegando las tiras adhesivas de los dos lados. Asegúrate de que quede bien ajustado, pero no tanto que le pellizque la piel. Consulta las instrucciones del fabricante del pañal para otros consejos específicos de esa marca.
- Cierra el pañal sucio, envolviéndolo y pegándole las tiras alrededor de sí mismo. Colócalo en la bolsa de plástico y tíralo en el bote de los pañales sucios. Viste al bebé, lávate bien las manos, ¡y ya está!
Entrenamiento al Control de Esfinteres
El control de esfínteres es una cuestión física y neurológica que depende totalmente del niño. En cada niño, el momento para poder hacerlo es diferente. Requiere de la mielinización que regula esta área del cuerpo y, además de la maduración de la vejiga. Este, se da primero en las niñas aproximadamente entre el año y medio y los dos años y medio de edad. Para la mayor parte de los niños se da entre los 2 y 3 años de edad.
AYUDAR AL NIÑO
Lo que el niño sí puede aprender es a hacer pipi y popó en el lugar apropiado para ello. En este aspecto, los adultos cercanos a él sí pueden intervenir. A esto es a lo que llamamos entrenamiento para ir al baño. Este es un aprendizaje que no tiene una gratificación obvia para el niño, para lo cual requerimos de su disposición para cooperar.
¿CUÁNDO SABER QUE ES EL MOMENTO PARA INICIAR EL ENTRENAMIENTO?
Las señales se dan en tres niveles:
Físicas: - Sabe saltar en dos pies y bajar los escalones sin ayuda
-Amanece seco después de la siesta.
- Coincida con gran interés por verter y vaciar.
Emocionales: - Ha pasado la fase de la angustia de separación, “dejar ir”
- Tiene ganas de “crecer”.
- Pasó la etapa del negativismo
- Está en una época emocional estable (no hermanitos, etc.)
- Mamá también está dispuesta
¿CÓMO SE DA EL ENTRENAMIENTO?
Antes de haber observado las señales, se pueden hacer algunas cosas, no para acelerar el proceso, sino para prepararlo para cuando esté listo. Algunas actividades que el adulto puede hacer con el niño son:
- Darle una nica y explicarle para qué se utiliza
- Leerle cuentos, sentar a un muñeco, ver revistas, etc.
- Dejar que te vea ir al baño y qué hacer
- Dejar que él le jale al excusado
- Mostrarle su popó y vaciarlo frente a él
- Sentarlo vestido en la nica
- Jugar con barro, plastilina, masita
- Verter agua o granos dentro de un recipiente a otro: goteros, esponjas, etc.
- Enseñarle el vocabulario
Uso de Bacinica y Sanitario
¿Cómo sé si mi hijo está listo para el entrenamiento para ir al baño?
La mayoría de los niños aprenden a usar el baño entre los 24 y 48 meses de edad. Mantenerse secos toda la noche por lo general toma más tiempo, en ocasiones hasta los 6 años de edad o más. Su hijo podría estar listo para el entrenamiento para ir al baño si usted responde ‘sí’ a la mayoría de las preguntas que se encuentran a continuación:
- ¿Su hijo se mantiene seco varias horas a la vez u ocasionalmente se despierta seco después de una siesta?
- ¿Su hijo sabe cuándo está a punto de orinar o de defecar?
- ¿Su hijo puede seguir instrucciones simples como “Vamos al baño”? ¿Su hijo puede avisarle cuando quiere ir al baño?
- ¿Su hijo se puede bajar los pantalones y la ropa interior sin ayuda?
- El paso final es la capacidad de comunicarse. Su hijo debe poder seguir instrucciones simples y comunicar necesidades básicas, como “Tengo hambre” o “Ven al baño”. Recuerde que el entrenamiento para ir al baño no se trata de que los padres sean sensibles al cuerpo de su hijo y lo lleven a la bacinica a tiempo. El entrenamiento para ir al baño ocurre cuando el niño aprende a:
- reconocer cuándo está a punto de orinar o defecar;
- comunicar lo que está a punto de suceder y pedirle ayuda, de ser necesario; y
- controlar las ganas hasta que esté sentado en la bacinica. No presione a su hijo para que vaya al baño.
- Acelerar el proceso podría hacerlo más difícil y frustrante para ambos.
- Tenga paciencia –su hijo está aprendiendo una nueva habilidad.
¿Cómo puedo presentarle la idea del entrenamiento para ir al baño?
- Para comenzar, compre una bacinica y colóquela en el cuarto de baño junto al inodoro, o bien, compre un asiento para inodoro que se pueda ajustar sobre el asiento normal. Asegúrese de que el asiento sea estable y coloque un banco con escalones para que su hijo pueda subirse al inodoro. Le puede explicar: “Cuando estés listo, puedes usar la bacinica así como mamá y papá usan en inodoro”. Cuando su hijo muestre algún interés en el entrenamiento para ir al baño, puede invitarlo a que vaya con usted al baño. Siéntese a leer una revista y ofrézcale su libro favorito para leer. Le está enseñando a relajarse y dejar que la naturaleza se haga cargo. No apresure a su hijo. En algún momento, su hijo querrá sentarse en la bacinica o usar el inodoro como usted. Esta idea de querer ser como los adultos puede ser un magnífico motivador para los niños pequeños. Los niños que tienen hermanos más grandes o que van a la guardería por lo regular se entrenan por sí solos.
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